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El ‘Open Arms’ comienza a desembarcar en la isla de Lampedusa tras la orden del fiscal

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Migrantes a bordo del 'Open Arms' tras conocer la orden de desembarco.

El ministerio público italiano también dictó la incautación de la embarcación

20 de agosto de 2019 – Agencias.

El Open Arms ha atracado al filo de esta medianoche en el puerto de la isla de Lampedusa después de que el fiscal de Agrigento (Sicilia), Luigi Patronaggio, ordenase esta tarde la incautación del buque y el desembarco inmediato de los refugiados. Del barco humanitario han comenzado a desembarcar los 83 inmigrantes que continuaban a bordo tras 20 días. El fiscal dio la orden minutos después de que zarpara de la base de Rota (Cádiz) el buque de la Armada española Audaz para la isla con la misión de recoger a los inmigrantes.

“Tras 19 días, desembarcaremos hoy en Lampedusa. Se incautará el barco temporalmente, pero es un costo que Open Arms asume para asegurar que las personas a bordo puedan ser atendidas. Consideramos indispensable priorizar su salud y seguridad en esta emergencia humanitaria”, escribía en Twitter el fundador de la ONG, Òscar Camps. “Por fin se acaba la pesadilla”, celebraba su organización.

El fiscal tomó esta decisión tras visitar el buque, que desde el viernes está fondeado a solo 800 metros de la isla italiana de Lampedusa sin que se le permita entrar a puerto. “La situación en el barco es explosiva, de máxima urgencia”, declaró Patronaggio, que llegó a la isla en helicóptero acompañado de dos médicos.

Según fuentes del procedimiento citadas por Efe, el fiscal investiga si se ha cometido un delito previsto en el artículo 328 del Código Penal, que castiga con hasta dos años de cárcel al funcionario que haya omitido el cumpliento de un deber que, “por razones de justicia o de seguridad pública, o de orden público o de higiene y salud, debe ser cumplido sin retraso”. Aunque no se le menciona expresamente, todo apunta al ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, quien ha hecho bandera de impedir a toda costa el desembarco de los inmigrantes.

El propio Salvini anticipó la posibilidad de que el fiscal tomase medidas contra él y se dijo dispuesto a asumir el “riesgo personal” de mantener su política de puertos cerrados. El líder ultraderechista cargó contra sus todavía compañeros de gobierno que abogaban por autorizar el desembarco, especialmente después de que se “convenciara” a España, según sus palabras, de que mandase un barco a por los inmigrantes; y acusó a la ONG de atentar contra la soberanía de su país.

En las últimas horas la situación había seguido deteriorándose en el interior del buque, que lleva 19 días en el mar y está bloqueado desde el viernes frente a las costas de Lampedusa. Después de que el fiscal subiera a bordo, otros dos inmigrantes fueron evacuados por motivos médicos. Estas dos evacuaciones se sumaron a las ocho que tuvieron lugar durante la noche, por requerir los afectados “asistencia médica urgente”.

A primera hora del martes, uno de los migrantes, de nacionalidad siria, se lanzó al agua y fue rescatado por la Guardia Costera italiana, que lo llevó a puerto, donde lo recogió una ambulancia. Las cámaras que transmiten en directo la situación en el buque captaron el goteo de refugiados que se iban lanzando al mar para intentar ganar la costa a nado. Por la mañana lo hizo un grupo de nueve y, a primera hora de la tarde, otros cinco saltaron por la borda. Todos fueron rescatados por la patrullera italiana o las lanchas del barco y cinco de ellos conducidos a tierra. “La situación en la embarcación es crítica”, advirtió la ONG. Las ambulancias se concentraron en el muelle del puerto de Lampedusa más próximo al lugar donde está fondeado el barco español.

A primer hora de la tarde, el Gobierno español en funciones anunció el envío de un buque de la Armada para recoger a los inmigrantes, “Tras analizar distintas opciones”, según el comunicado de La Moncloa, se consideró que era la mejor forma de resolver “esta misma semana” la emergencia humanitaria en el buque de la ONG. El objetivo del Gobierno era que el Audaz no solo embarcara a los inmigrantes, sino que acompañase al Open Arms de vuelta a España, lo que resultará imposible tras la incautación del barco ordenada por el fiscal.

El Audaz zarpó con hora y media de retraso una vez se completaron las tareas de preparación y aprovisionamiento, que incluyen el embarque de personal médico para atender a los inmigrantes durante la travesía y un equipo de seguridad. Estaba previsto que el viaje hasta Lampedusa durase tres días y que estuviese de vuelta, a partir del domingo, en Palma de Mallorca, donde el Gobierno balear ya preparaba un albergue temporal para los inmigrantes.

El Audaz es uno de los seis buques de acción marítima (BAM) con que cuenta la Armada. Con 93,9 metros de eslora (el Open Arms tiene 37) y 14,2 de manga, desplaza 2.500 toneladas. En servicio desde julio del año pasado, alcanza una velocidad máxima es de 20 nudos y su tripulación la forman 48 militares. Cuenta con una cubierta para helicópteros. Aunque su base está en Cartagena (Murcia), estos días se encontraba en Rota, a 1.012 millas náuticas (1.875 kilómetros) de la isla italiana. “Lo que sé es que tengo que ir a Lampedusa y, una vez allí, ya recibiré instrucciones más concretas y, en función de cómo evolucione todo y lo que determine el Gobierno, pues así haremos”, declaró antes de zarpar el comandante del buque, Emilio Damiá Marqués.

El ministro de Transportes italiano, Danilo Toninelli, del Movimiento 5 Estrellas, celebró la decisión del Gobierno español de enviar un buque militar. “Finalmente la ya insostenible situación de la nave de la ONG podrá encontrar una solución que tutele a las personas que están a bordo ya desde hace 19 días y que no deje a Italia sola”, dijo. Y añadió que espera que España “responda” al llamamiento del Gobierno italiano y “se comprometa a detener en el futuro al Open Arms, con los medios y los modos que considere más oportunos”.

Previamente, Toninelli se había ofrecido a trasladar a los inmigrantes que quedan a bordo del Open Arms al puerto que designe el Gobierno español en un buque de la Guardia Costera italiana, pero había exigido que España retirase su bandera al barco, al que atribuyó “mala fe”, para que no pueda seguir navegando. “Estamos dispuestos a llevar a todos los migrantes que están a bordo del Open Arms, con nuestra Guardia Costera, al puerto de la península Ibérica que se nos indique. Sin embargo, España dará un paso adelante e inmediatamente retirará su bandera del barco de la ONG”, declaró el ministro de Transporte en su cuenta de Facebook.

El ministro de Asuntos Exteriores en funciones, Josep Borrell, quien se enteró de la oferta de Tonninelli por los medios de comunicación, habló con él y le explicó que la legislación española no contempla la retirada de la bandera a un buque, según fuentes de su departamento. En el Ministerio de Transportes italiano señalaron que lo que pedían era la retirada de la bandera o “cualquier otra medida que tenga el mismo efecto: evitar que vaya a recoger inmigrantes frente a las costas de Libia”.

Al ritmo frenético al que se desarrollaron los acontecimeintos, la oferta italiana de llevar a los inmigrantes a puerto español en un buque de la Guardia Costera se vio superada por la decisión del Gobierno español de enviar al Audaz a Lampedusa y esta, a su vez, por la del fiscal de Agrigento de inacutar el Open Arms y ordenar su inmediato desembarco. La crisis pilló a todos con el paso cambiado, incluido al propio Salvini.

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