El cuerpo torturado de Daniel Corrêa, de 24 años y cedido al São Bento procedente del São Paulo, fue encontrado en un suburbio de la ciudad de Curitiba, al sur del país
30 de octubre de 2018 – São Paulo – AFP.
El futbolista brasileño Daniel Corrêa Freitas fue asesinado y encontrado el pasado sábado “casi decapitado” y con sus “genitales mutilados” en una zona rural cerca de São José dos Pinhais, un suburbio de la ciudad brasileña de Curitiba, según informaron las autoridades. El cadáver del deportista de 24 años, que militaba en las filas del São Bento, club perteneciente a la segunda división, llegó cedido el pasado junio desde el São Paulo.
El cuerpo presentaba claros signos de tortura con una “herida muy profunda en el cuello además de los genitales mutilados”, según explicó al diario Folhade São Paulo una fuente policial. Las autoridades indicaron en un comunicado que la investigación se encuentra en un estado “avanzado” y que los miembros de “la familia de la víctima darían sus testimonios”, sin agregar más detalles.
En su cuenta de Twitter, el São Paulo FC, la entidad deportiva con la que tenía contrato desde 2015, “condenó profundamente” el asesinato del futbolista y le rindió un homenaje durante el entrenamiento de este lunes: los jugadores se reunieron en el centro del campo y le dedicaron un minuto de silencio. “Nuestras condolencias y solidaridad con los familiares de Daniel”, añadieron en un comunicado fuentes del club. Otros equipos brasileños y antiguos compañeros también manifestaron su apoyo a los familiares.
Brasil es uno de los países más violentos del mundo, con un récord de 63.880 homicidios en 2017, una tasa de 30,8 por cada 100.000 habitantes (tres veces más que los 10 por 100.000 considerados por la ONU como el umbral de la violencia endémica).
Considerado una promesa en el centro de formación de categorías inferiores de Cruzeiro, un potente club de su estado natal de Minas Gerais, al sureste del país, Corrêa hizo su debut profesional en 2013 en el Botafogo, de Rio de Janeiro, jugando junto a su ídolo, el holandés Clarence Seedorf.
Su habilidad para regatear le valió el apodo de Daniel Messi entre la hinchada. En 2014, el mediocampista sufrió una grave lesión en la rodilla, y desde entonces no pudo recuperar su nivel de juego.
