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La justicia noruega avala la extracción de petróleo en el Ártico denunciada por Greenpeace

barco greenpeace
Noruega gana un juicio contra varias ONG por abrir prospecciones petrolíferas en el Mar de Barents, en el Círculo Polar Ártico. Greenpeace

La sentencia rechaza que el Gobierno de Noruega viole el acuerdo del Clima de París y niega que sea responsable de las emisiones de CO2 causadas por los hidrocarburos que exporta a otros países

4 de enero de 2018 – Madrid / Oslo – Agencias.

Un tribunal de Oslo ha avalado este jueves el plan del Gobierno de Noruega que permite la extracción de petróleo en el Mar de Barents (en pleno círculo Polar Ártico) a 13 empresas petroleras mundiales. La resolución, que puede ser recurrida en un plazo de cuatro semanas, desestima las acusaciones de varias ONG ecologistas, entre ellas Greenpeace, que denunciaron al Ejecutivo del país escandinavo de violar su Constitución y los acuerdos del Clima de París por permitir la perforación del suelo ártico para buscar y extraer crudo. Las ONG deberán pagar unos 60.000 de costas procesales, según la sentencia.

El ministro noruego de Petróleo y Energía, Terje Soviknes, declaró en una entrevista recogida por Bloomberg que el resultado “era esperado” y aseguró que la ronda de licencias de perforación en el mar de Barents se hizo “conforme a la legislación”. Con este dictamen, hecho público a las 15.00 horas de la tarde, el juez decidió que Noruega no podría ser considerada responsable de las emisiones de CO2 causadas por los hidrocarburos que exporta a otros países. Greenpeace cree que esta decisión va en línea con los intereses de las compañías petroleras contradiciendo, por tanto, a los científicos expertos en el cambio climático, relata al teléfono el jefe de la ONG ecologista en Noruega, Truls Gulowsen. La corte ha ordenado que las costas procesales del llamado “juicio del siglo” recaigan en los grupos medioambientales, que deberán abonar en un plazo de dos semanas al Estado 580.000 coronas noruegas (unos 60.000 euros).

“Si bien es una buena noticia que el juicio reconozca el artículo ambiental en la Constitución de Noruega [por el que se debe garantizar un medioambiente limpio para la salud e los noruegos], es muy decepcionante que descuide la responsabilidad de Noruega por dañar el clima del planeta”, declaró Gulowsen, a través de un comunicado. Dice sentirse “un poco decepcionado” por la sentencia, aunque confiesa que no le ha caído por sorpresa. Por ahora, las organizaciones denunciantes quieren estudiar a fondo las 49 páginas de sentencia para tomar la decisión de apelar o no. “Es un paso muy serio, pero no es improbable”, dice Gulowsen.

La economía noruega depende casi en una inmensa mayoría de la extracción y exportación de crudo. Con la crisis del oro negro de 2014, el país tuvo que meter mano al fondo soberano para poder atravesar las dificultades financieras al mismo tiempo que se esforzaba por dar un giro radical a su economía y hacerla más verde. Ya casi la mitad de la flota de turismos en el país se mueve con energía eléctrica, según los últimos datos oficiales.

Pero lo cierto es que el sector petrolero genera tanta riqueza en el país que es difícil abandonarlo. En 2016, el país escandinavo obtuvo 37.400 millones de euros tan solo por la exportación de gas y crudo; un 47% del total de bienes exportados, según el Gobierno. “El país se encuentra aún en un período mixto” antes de dar el salto total a la energía verde y, por tanto, seguirá habiendo necesidad de combustible fósil en las próximas décadas. “Y tiene que salir de algún sitio”, defendía así las exploraciones árticas Julia S. P. Loe, del instituto independiente Fridtjof Nansen de Noruega, en 2017.

El Gobierno de Noruega fue el primero de un país industrializado en ratificar los acuerdos del clima de París tan solo 20 días después de otorgar esta ronda de licencias (la vigesimotercera) para perforar el suelo marino en esta zona, por otro lado jamás explorada. Un hecho que las ONG denunciantes veían como un acto de hipocresía. En la misma dirección se posicionaba, de manera personal, hace unas semanas el presidente del Consejo Ártico, el finlandés Aleksis Härkönen, durante una entrevista: “El hecho de que un país [Noruega] que presume de políticas amigables con el ecosistema y que es progresista en su mentalidad medioambiental permita este tipo de actividades es contradictorio”.

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