La nación

Pompeo reclama una transición “rápida negociada” en Venezuela y elecciones en 2020

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Mike Pompeo/Foto: Ron Przysucha/US Department of S / DPA /Ron Przysucha/US Department of S

Washington pide también un proceso de “negociaciones” que incluya la renovación del órgano electoral y del Supremo

9 de enero de 2020 – Agencias.

Mike Pompeo, secretario de Estado de EE.UU, ha pedido formalmente que Venezuela inicie el camino para poder celebrar elecciones generales en 2020. «Venezuela se enfrenta a una encrucijada en 2020», comentó el hombre que es ya, a todos los efectos, la mano derecha del presidente Trump.

En su opinión el país requiere de «una rápida transición negociada a la democracia», que juzga como «la vía más eficaz y sostenible hacia la paz y la prosperidad». De paso añadió que «Las negociaciones podrían abrir una salida a la crisis mediante un gobierno de transición que organiza elecciones libres y justas».

Su petición de una transición rápida, su apuesta por el diálogo, contrasta sobremanera por lo sostenido por la Casa Blanca desde hace tres años. Apenas en mayo de 2019 Pompeo, Trump y el vicepresidente, Mike Pence, prometían mano dura y, en el marco de la Sociedad de las Américas del Departamento de Estado, ofrecían compensaciones económicas a los altos mandos del ejército de Venezuela dispuestos a abandonar a Nicolás Maduro.

Pero los nuevos pasos, sin duda menos ambiciosos e impracticables que los planes de invasión, insinuados de forma gráfica por el entonces consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, requieren de unos mínimos indispensables. Empezando por la renovación del órgano electoral, el llamado Consejo Nacional Electoral (CNE), para evitar la corrosiva sombra del previsible pucherazo, así como de la renovación del Supremo, muchos de cuyos magistrados permanecen en el exilio desde 2017 ante el peligro de evidente de ser detenidos y torturados por los matones al servicio de la represión estatal.

Respecto a los futuros comicios, Pompeo explicó que la comunidad internacional debe de jugar un un «papel clave» para garantizar una «observación electoral independiente, sin restricciones indebidas». «La comunidad internacional juega un papel fundamental en el apoyo al pueblo venezolano», añadió. «Cualquier otro proceso que se desvíe o distorsione estas medidas no puede considerarse legítimo o creíble». Pero el camino para lograrlo no será fácil.

Primeramente porque buena parte de la oposición permanece amordazada, bien en el exilio bien en las prisiones. La «reconstrucción de las instituciones y las infraestructuras» mencionada por Pompeo se antoja de momento más un deseo bienintencionado que una perspectiva con visos de realizarse. «La crisis política de Venezuela ha provocado la fuga de más de 4,8 millones de personas», escribió Pompeo en su comunicado, «el colapso de los sistemas educativos, económicos, industriales y de atención médica de un país próspero, y el abuso de los derechos humanos y las libertades fundamentales».

«2020 presenta la oportunidad de proporcionar al pueblo venezolano lo que han estado exigiendo durante años: una elecciones presidenciales y a la Asamblea Nacional genuinamente libres y justas para elegir a sus líderes y comenzar el largo proceso de renovación».

El problema principal es que el gobierno de Maduro inspira nula confianza entre los opositores y por supuesto en Washington, convalecientes todos del fiasco que supuso el intento de derrocar al régimen del pasado año, cuando la oposición lideró un alzamiento que acabó en nada. Como explicó entonces Roger Noriega, ex embajador de los Estados Unidos y ex adjunto al secretario de Estado, muchos opinaron y no existe razón para creer que hayan cambiado de idea, que “fue un grave error negociar con los criminales en el régimen y esperar que cumplan con sus compromisos”.

Al tratar de llegar a un pacto con ellos también envían un mensaje a los patriotas honestos dentro del ejército y en el país, parecen decir que los líderes políticos están dispuestos a aceptar a personas peligrosas en el gobierno con tal de tomar el poder. Esa no es una posición defendible. No inspira confianza».

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