La nación

La estrella del sexo en televisión de EE UU tiene 90 años

Ruth Westheimer 2017
Ruth Westheimer, en septiembre de 2017 en Nueva York. Dia Dipasupil. GETTY.

Eterna presentadora y autora de libros, Ruth Westheimer fue una de las primeras mujeres en hablar de la intimidad en la pequeña pantalla. Un documental repasa su carrera

11 de enero de 2019 – Agencias.

Ruth Westheimer lo tiene claro: a Meghan Markle y el príncipe Enrique no les hacen falta sus consejos. “Seguro que tienen una buena vida sexual. Ella ha tenido sexo antes, ha encontrado a su príncipe azul y se lo ha quedado. No necesitan a la doctora Ruth”. Esa doctora Ruth es ella misma, el personaje que Westheimer ha construido a través de primero programas de radio y luego de televisión, vídeos, libros e incluso de redes sociales y de un musical de Broadway, y que la han convertido, a sus 90 años, en una de las mujeres más famosas de Estados Unidos. Y todo gracias al sexo.

Porque la Doctora Ruth (o la Abuelita Freud, como la llaman sus adeptos) es una de las grandes divulgadoras de la educación sexual en EE UU. Su andadura comenzó con un programa de radio local en 1980, que apenas duraba 15 minutos y donde hablaba de temas de actualidad, entonces copada por la epidemia de SIDA. En tres años se había convertido en el más popular de su zona, y en 1984 pasó a ser nacional y ella comenzó a tener espacio en las televisiones. Al año su emisión Sexually Speaking (Sexualmente Hablando) duraba dos horas.

“No solo fui la primera en hablar sobre asuntos de sexo, sino que hay que tener en cuenta cuándo lo hice”, explicaba con su galopante humor al diario The New York Times el pasado junio, en vísperas de cumplir 90 años. Además de sus 40 libros y su par de autobiografías, que publicó hace 30 años, la obra puede verse en un documental que emite Hulu llamado Ask Dr. Ruth (Pregúntale a la doctora Ruth) y en el que más de 400 amigos y conocidos la alaban.

Además de su programa de televisión, Westheimer (apellido que toma de su tercer marido) acude a eventos, universidades o cruceros, donde los invitados pueden preguntarle sus dudas, siguiendo el sistema que lleva utilizando en su programa desde hace tres décadas. “Normalmente cuando voy en un barco le pido al capitán que me lea las preguntas. La última vez era británico, muy alto, y tuvo que decir ‘orgasmo’ y ‘erección’. Jamás pensaron que verían a un capitán hablando de cosas como esas”, contaba socarrona, parapetada tras sus gruesas gafas y su menos de 140 centímetros.

Su poder, influencia y pedagogía han sido claves en una sociedad desinformada como la de los ochenta y los noventa, y que sigue gustando sus consejos en una época en la que la píldora es algo común y la viagra es popular. “Cuando empecé el programa de radio en 1981 pocos hablaban de sexo. No muchos hablaban de sida y de VIH. Yo dije que hay que usar condón y saber con quién te vas a la cama”, afirma, insistiendo en que ha “salvado vidas diciendo que no se tenga sexo esporádico”. “Sigo hablando de relaciones. Sigo diciendo que se tenga cuidado. La gente de hoy día no ve morir a nadie, pero les digo lo mismo. Creen que pueden tener rollos de una noche”.

En julio de 2009, la revista Vanity Fair la nombró una de las 12 mujeres que cambiaron el modo en el que los estadounidenses ven el sexo junto a Madonna, Marilyn Monroe, Monica Lewinsky, la escritora Alice Walker (autora de El color púrpura) o Margaret Sanger, fundadora en 1921 de la Liga Americana por el Control de Nacimientos.

Antes de ser la Doctora Ruth y de expandir pedagogía con humor, su vida no fue sencilla. Westheimer es una refugiada alemana de origen judío. “Huérfana del Holocausto, pero no víctima”, como ella misma dice. Nacida en Wiesenfeld, se asentó en Fráncfurt con sus padres, que en plena II Guerra Mundial la mandaron a Suiza antes de caer víctimas de la Gestapo. Tiempo después supo que habían sido asesinados, seguramente en Auschwitz. Luego emigró a Palestina y a París, donde se casó con su primer marido y estudió Psicología en la Sorbona de París. Más tarde, ya en Estados Unidos, hacer tiene un máster en Sociología y un doctorado en Educación. Después aprendió de sexualidad con la doctora Helen Singe-Kaplan, una de las pioneras en ese ámbito, en Nueva York. Y de ahí a la fama.

“A mis 90 años, siempre hablo de sexo, de la mañana a la noche. La gente como yo debe estar alejada de la política”, ha contado, evitando así vinculaciones con partidos y personajes de cualquier ámbito. Y sigue comentando la actualidad desde sus entrevistas (“Qué maravilloso, qué fantástico que la reina Isabel II todavía esté viva para poder ver los cambios del imperio británico, cuando una mujer, divorciada y birracial puede casarse con un príncipe”) y desde su activa tribuna en Twitter, con 90.000 seguidores. “Me dan mucha pena Jeff y MacKenzie Bezos”, escribía el 9 de enero sobre el divorcio del fundador de Amazon y su esposa. “Me trataron fenomenal cuando estuve con ellos. Quizá si se hubieran puesto en contacto conmigo les podría haber ayudado”. Rapidez e ingenio no le faltan.

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