Barbara Underwood acusa al presidente de Estados Unidos y a su familia de utilizar la organización caritativa como una chequera para recaudar dinero
14 de junio de 2018 – Nueva York – Agencias.
La nueva fiscal del Estado de Nueva York demandó este jueves al presidente de Donald Trump y a sus tres hijos, Donald Junior, Ivanka y Eric, para que disuelvan la Fundación Donald Trump. Y lo hace acusando a la familia de haber utilizado la organización caritativa como una “chequera” para recaudar dinero que utilizaba después para promocionar su negocio hotelero, pagar facturas legales y financiar la campaña electoral, “sin importar su fin o legalidad”.
La fiscal Barbara Underwood asegura en su decisión que los Trump “violaron de una manera extensa y persistente las leyes estatales y federales”. La investigación, precisa además, determinó que recaudaron 2,8 millones de dólares “de una manera diseñada para influir en las elecciones presidenciales de 2016 bajo la dirección y el control de los cargos más altos en la campaña presidencial de Trump”.
Underwood cita en concreto a Corey Lewandowski, el gestor de la campaña. “Dictó los tiempos, las cantidades y los receptores de los fondos que obtenía la organización con fines benéficos”, afirma. Señala en este sentido que la investigación identificó que se realizaron al menos cinco transacciones que eran ilícitas “porque el principal beneficiario era Trump o los negocios que controlaba”.
Entre las pruebas que presenta la fiscal hay un mensaje de correo electrónico de Lewandowski en el que muestra como eran las comunicaciones que tenía la campaña con los representantes de la Fundación. Y lo apoya con una foto en la que se ven al candidato en un evento benéfico celebrado justo antes de las primarias de Iowa, junto a una mujer sosteniendo un gran cheque de 100.000 dólares.
En opinión de Underwood, se utilizó así tanto el nombre como los fondos de la Fundación para promover la campaña. Y explica que ninguna de sus actividades fueron autorizadas por su consejo de administración. “La investigación determinó que el consejo existía solo como algo nominal”, asegura, “porque no se reunión nunca desde 1999”. “Trump era el que tomaba todas las decisiones”, afirma.
En el detalle con los movimientos del dinero incluye un pago de 100.000 dólares relacionado con una demanda contra el club de golf de Mar-a-Lago en Florida. También cita otro abono de 158.000 dólares para resolver otra demanda contra el Trump National Golf Club. Además, identifica un pago de 10.000 dólares para la adquisición de una pintura que se exhibe en el Trump National Doral.
Llueve sobre mojado. Un mes antes de las elecciones, el recién dimitido Eric Schneiderman solicitó por carta a los gestores de la Fundación que desistiera de inmediato de solicitar fondos porque la organización no disponía del certificado para realizar rondas para recaudar fondos. Donald Trump volvió a calificar la maniobra como una acción con una intención claramente política.
Barbara Underwood pide a la familia Trump y a la organización que restituyan ese dinero que obtuvieron ilícitamente. El presidente respondió en una serie de mensaje colgados en la red social Twitter diciendo que batallara la demanda y acusó a los demócratas de trata de hacer ruido tratando de atacar a su Fundación, “que está donando más dinero del que recibe”. “No voy a pactar en este caso”, anticipa Donald Trump.
Además de la disolución y de la devolución de los 2,8 millones, la demanda de la fiscal busca que los directivos de la Fundación Donald Trump tenga prohibido participar en los consejos de otras organizaciones caritativas. En el caso del presidente sería por 10 años mientras que para sus tres hijos la inhabilitación sería de uno. “Hubo un patrón de conducta ilegal persiste”, señala, “que duró más de una década”.
“Las organizaciones caritativas no deben funcionar así”, afirma Underwood, que insiste en que la Fundación tuvo una función de chequera para los intereses de la familia Trump sin importar su fin o legalidad. El resultado de la investigación se transmitió a la agencia tributaria (IRS, en sus siglas en inglés) y a la comisión electoral de EE UU para que “identifiquen posibles violaciones en la legislación federal” que puedan ser sancionadas.
Donald Trump creó la fundación en 1988 para gestionar su faceta filantrópica. Una investigación del diario The Washington Post durante la campaña electoral reveló que el empresario usó la organización caritativa con fines de lucro, al destinar una porción del dinero a pagar demandas. El entonces candidato republican pidió por su parte el cierre de la fundación que de los Clinton, que calificó de “empresas corrupta” que utilizaba su rival para a las presidenciales para lucrarse.
Trump arremetió en Twitter con dureza contra los demócratas y aprovechó para recordar como destinaron fondos para la campaña de Schneiderman, uno de sus grandes enemigos cuando ejercía como fiscal de Nueva York antes de dimitir por un escándalo por maltrato. Le calificó de “deshonrado” y aseguró que “nunca tuvo agallas para presentar una demanda” contra su fundación. Y concluye diciendo que “este caso es ridículo”.