Editorial

Navidad

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18 de diciembre de 2019 – por: El Director.

Tiempo de acercamiento familiar, de regalos, de sonrisas, de buena vibra, si, son muchos los adjetivos con los que podemos calificar esta época que desde de cuando tenemos memoria ha llenado nuestra mente. Sabemos que la Navidad cambia nuestra forma de pensar, nuestro estado de ánimo es tiempo donde el sentimiento del perdón se da con más facilidad, el de ayudar a nuestros semejantes se encuentra casi a flor de piel, en fin, por alguna muy buena razón somos más felices en esta estación.

¿Pero qué pasa cuando esa mágica luz que inunda nuestra mente en esta bella época se va diluyendo en los albores de un nuevo año? Casi sin darnos cuenta, muy subrepticiamente el nuevo año golpea nuestra ventana y sus frescos rayos nos despiertan, para algunos después de una buena resaca, susurrándonos al oído que ha iniciado el 2020 y con él, una nueva década, que se ve maravillosa a la luz de las nuevas tecnologías, que seguramente traerá bienestar en todos los campos.

Y es que cada década, desde no hace mucho tiempo, los avances tecnológicos se desarrollan más rápidamente, como muchos dicen: en forma exponencial, estas nuevas invenciones están cambiado nuestras vidas, ahora nos movemos por escenarios frescos, originales y en los que apenas nos estamos acomodando, no alcanzamos a conocerlos, cuando ya se nos presentan nuevos descubrimientos que ponen a volar otra vez nuestra imaginación.

No hace mucho nuestros padres y abuelos veían pasar las décadas casi sin cambios, era siempre lo mismo, se podía predecir con facilidad en tan corto tiempo como seria el futuro, pues no pareciera que las cosas fueran a cambiar de alguna forma importante, los escritores más temerarios lo hacían tomando centenas de años, como lo hizo Nostradamus con sus famosas cuartetas o como más reciente los escritos de Julio Verne, pero ahora, si miramos la década que acaba de terminar y nos transportamos mentalmente a sus inicios, encontramos que apenas estaban naciendo los teléfonos inteligentes, Facebook, Twitter, Instagram, las redes sociales daban sus primeros pasos y que al final de ella, ya rodaban los primeros vehículos autónomos con los que la imaginación nos llevaba a un mundo que rimaba con el de la ciencia ficción, la familiar Alexa, Siri, Cortana, por mencionar los mas conocidos agentes virtuales, no aparecían sino hasta mediados de la década que esta terminando y que decir de la IA (Inteligencia artificial), lo que se ha denominado la cuarta revolución; las impresoras 3D, que ya nos muestran casas y soluciones de vivienda hechas en 3D, para los menos favorecidos a un precio alcanzable con su escaso salario y desde luego, en medicina los impresionantes avances que nos llevan a preguntarnos: ¿desparecerán las enfermedades que nos han acompañado casi desde que somos humanos? ¿El cáncer, las enfermedades coronarias, la diabetis, las enfermedades mentales: ¿Alzheimer, Parkinson, esquizofrenia, pasarán a formar parte de la historia? Pues lo que pudiera no ser mas que una quimera ya no lo es tanto, los científicos que trabajan en todo el mundo cada vez se acercan más a la solución de estos y muchos más desordenes mentales y las nuevas investigaciones de la biotecnología y nanotecnología nos muestra un escenario de remplazo de órganos y de todo tipo de partes de nuestro cuerpo, pasando por la piel y hasta la sangre, que pudiera dejar atrás muchas de nuestras incapacidades físicas y mentales, remplazando, reparando o creando nuevas.

Esta nueva década que ya pronto se inicia, de seguro nos traerá formas de combatir la pobreza, el hambre, son muchos los productos modificados genéticamente que pueden solventar a los millones de seres que mueren de inanición, porque sus tierras ya no producen nada, como decía una familia entrevistada recientemente en una zona de grandes penurias en Guatemala, cuando la reportera le preguntó a una madre que estaban necesitando con urgencia, solo atinó a decir: comida, mientras sus hijos en un lamentable estado físico, con sus vientres inflamados de parásitos, miraban con la tristeza en sus ojos hacia las cámaras, no pedían ropa, ni juguetes, solo pedían comida.
Esta nueva década debe traer soluciones a los millones de personas que sufren, que no tienen lo más elemental, ese es el mundo feliz por el que todos debemos abogar y en estas navidades, mientras compartimos en familia esa mesa adornada de ricos manjares, suena a irónico, pero es de alguna forma la manera de llamar a comprometernos, seamos parte de una sociedad que trabaja por erradicar el hambre, la pobreza extrema, te invito a que hagamos una cadena de solidaridad, que elevemos nuestra voz a los gobiernos para que con su poder mitiguen la miseria, ese es el problema más importante a solucionar.

Cambiemos el egoísmo por la solidaridad con nuestros semejantes, cambiemos el nombre con el que se identifica nuestra especie: la mas depredadora de todas, si nos creemos inteligentes, demostrémoslo siendo solidarios con nuestros semejantes, hasta ahora nos gana los animales, pues ellos matan por hambre, ¿y nosotros…?
Feliz Navidad, que este tiempo nos sirva de reflexión, de búsqueda de soluciones reales y que nuestros buenos propósitos no desaparezcan a la semana siguiente.

El Director
Ing. Jairo Vargas
[email protected]
Latino News, LLC

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