La nación

Trump amenaza con supeditar la negociación del TLC a que México frene la inmigración irregular

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Trump, el domingo al subir al avión presidencial. KEVIN LAMARQUE. REUTERS.

El canciller mexicano responde que “sería inaceptable” condicionar la renegociación a “acciones migratorias”

23 de abril de 2018 – Washington – Agencias.

Donald Trump ha incorporado un nuevo elemento de volatilidad a la delicada renegociación del tratado de libre comercio (TLC) entre Estados Unidos, Canadá y México. Cuando crecen las expectativas de que en las próximas semanas se anuncie un nuevo acuerdo, el presidente estadounidense amenazó este lunes con vincular esas negociaciones con la política migratoria de México. Es algo de lo que ya ha advertido en el pasado pero, pese a levantar algunas tensiones, la inmigración irregular ha quedado al margen en las conversaciones sobre el TLC de los emisarios de los tres países.

Cuando le conviene, como ya hacía como candidato electoral en su cruzada contra México, Trump atiza su discurso de caos en la frontera y necesidad de mano dura contra la inmigración irregular. Por motivos que se desconocen, volvió a hacerlo esta mañana. “México, cuyas leyes en inmigración son muy duras, debe evitar que la gente viaje a través de México y hacia EE UU”, escribió Trump en Twitter, en referencia a los inmigrantes centroamericanos que recorren el país vecino con destino EE UU.

Y agregó: “Puede que hagamos de esto una condición del nuevo acuerdo del NAFTA [las siglas inglesas del tratado comercial]. ¡Nuestro país no puede aceptar lo que está ocurriendo! Además, debemos recibir rápidamente los fondos para el muro”.

México ha insistido en los últimos meses en que la política sobre la inmigración irregular debe quedar al margen de las negociaciones sobre el tratado de libre comercio, en vigor desde 1994. Lo volvió a subrayar este lunes el canciller mexicano, Luis Videgaray, en respuesta a la amenaza de Trump. “México decide su política migratoria de manera soberana, y la cooperación migratoria con EE UU ocurre por así convenir a México”, escribió Videgaray en Twitter. “Sería inaceptable condicionar la renegociación del TLCAN a acciones migratorias fuera de este marco de cooperación”, agregó, utilizando otro acrónimo del acuerdo comercial con EE UU y Canadá.

Sin embargo, el canciller mexicano sí avisó, el pasado noviembre, de que la cooperación con EE UU en inmigración y seguridad dependería de lo que la Administración Trump decidiera sobre el TLC. “Es bueno cooperar con EE UU en seguridad, migración y otros asuntos. Pero es un hecho de la vida y una realidad política que un mal resultado en el TLC tendrá impacto sobre esto. No queremos que ocurra y, por ello, estamos trabajando duro para lograr un buen resultado”, dijo entonces.

Trump gobierna bajo el convencimiento de que la inmensa mayoría de acuerdos comerciales de EE UU con otros países son desfavorables para la primera potencia mundial. Vive obsesionado por el déficit comercial con sus socios y la idea de que explotan a EE UU. El mandatario utiliza sus amenazas comerciales, ya sea renegociando acuerdos o imponiendo aranceles, como una herramienta para presionar a países en otros asuntos. Con México lo hace claramente con la política migratoria.

Utilizando datos distorsionados, Trump acusó durante varios días seguidos a principios de abril a México de ser demasiado pasivo en el control migratorio y le advirtió de que podría tomar represalias si no frenaba el avance hacia EE UU de una caravana de inmigrantes centroamericanos que cada año recorre México. Sin embargo, la realidad es que en los últimos años México, gracias a la ayuda económica de EE UU, ha endurecido la vigilancia de su frontera sur con Guatemala y ha deportado a más inmigrantes que su vecino del norte.

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