Los congresistas buscan ofrecer una narrativa que contraste fuertemente con el relato que ofrecerán los demócratas antes de abrir la segunda fase del proceso
3 de diciembre de 2019 – Washington – Agencias.
Los congresistas republicanos no admiten ni un solo rastro de mal comportamiento del presidente Trump en la trama ucrania que ha llevado a los demócratas a lanzar el proceso de impeachment, según un borrador del informe en el que plasman su defensa, publicado por The New York Times. En el documento, de 123 páginas, la minoría republicana en la Cámara de Representantes sostiene que los demócratas no han probado que el presidente presionara a Kiev para que iniciara investigaciones buscando beneficiar su propia carrera a la reelección en 2020, y califica de “enteramente prudente” su decisión de bloquear un paquete de ayuda militar a Ucrania por valor de 391 millones de dólares.
El documento, que los republicanos planean hacer público este martes, supone una defensa sin matices al presidente. Reproduce fielmente las desafiantes líneas de defensa empleadas por el propio Trump. Constituye una especie de ataque preventivo de cara a la siguiente fase del proceso en la Cámara baja. Los demócratas del Comité de Inteligencia, que llevó a cabo las primeras audiencias con testigos, también han concluido su informe y votarán este mismo martes para pasar el testigo al Comité Judicial, que redactará y votará los artículos del impeachment. De salir adelante, algo muy probable, se debatirá y votará en el pleno y, si es aprobado por mayoría simple, algo también previsible dada la mayoría demócrata, pasará al Senado.
“La investigación del impeachment de los demócratas no es el fruto orgánico de una mala conducta grave, es una campaña orquestada para derrocar nuestro sistema político”, resume el borrador de los republicanos. “Los demócratas intentan destituir a un presidente electo en base a suposiciones de burócratas no electos que no están de acuerdo con las iniciativas políticas y los procesos del presidente Trump”.
Para los congresistas republicanos, no hay “nada malo en formular preguntas serias” sobre “los intentos de Ucrania de influir en las elecciones presidenciales de 2016”. A partir del hecho de que ciertos oficiales ucranios trataron de beneficiar a Hillary Clinton en las presidenciales de 2016, el presidente Trump y su entorno han defendido una teoría de que fue Ucrania, y no Rusia, la que hackeó los correos electrónicos de los demócratas y que incluso un servidor informático del Comité Nacional del partido fue secuestrado allí, hipótesis que niegan tanto la investigación del fiscal especial Robert Mueller como los servicios de inteligencia estadounidenses, que lo consideran una intoxicación de la inteligencia rusa para desviar la atención de su contrastada injerencia.
Los republicanos ya habían abrazado estos argumentos con anterioridad, en las propias audiencias del impeachment. Pero ahora, en el informe, lo elaboran de manera más sistemática, proporcionando una narrativa que contraste con la que se disponen a ofrecer los demócratas.